Poderosa combinación: Amabilidad, Humildad y Fe


No es lo mismo «siéntese» que «tome asiento por favor»; no es lo mismo «Quiero que seas mi novia» a «Delicada flor y bella princesa, me permite que sea esa persona que la enamore todos los días». La manera cómo decimos las cosas tiene mucho que ver, tanto así que de ese factor depende muchas veces que nos concedan la petición o no. Hoy en día la amabilidad está casi en desuso, un joven ve otra persona que va cargada y no es quien para ayudarle. Una mujer está de pie y ya no hay caballeros que le brinden su asiento. Su mamá, su esposa, su hermana, su novia o su amiga se sube al auto y no le abre la puerta para que entre. No cabe duda que las buenas costumbres se van perdiendo, los buenos modales se han olvidado y nos encontramos en la vida con pocas personas amables. Sigue leyendo